Las compras, las ventas, la gestión de stocks, optimizar nuestro tiempo y el de los trabajadores, sacar el mayor beneficio a nuestras operaciones y obtener la mayor rentabilidad son los objetivos de cualquier negocio pero la pregunta es, ¿lo conseguimos?

Que el coste de suelo del local no debe ser superior al 7% de nuestra facturación, que nuestros costes salariales deben situarse en un no más del 35% de nuestra facturación o que los costes de materia prima deberían estar más cerca del 25% que del 40% todos lo hemos visto en algún lugar pero, no todos lo conocen, lo ponen en práctica o lo tienen bajo control. Prestar menos atención a la economía que a la gastronomía o servicio puede suponer colgarnos el cartel de defunción, antes o después el local deberá cerrar y su propietario cargar con un paquete muy grande de deudas y problemas.

En 2006, Carl Borg vivió en sus propias carnes el cierre de su segundo restaurante. Desde entonces, uno de sus objetivos prioritarios ha sido que no le suceda a ninguno de sus clientes.

Por ello, imprime en todos sus trabajos gastronómicos el carácter económico; de nada sirven los fuegos de artificio en la cocina si después no son rentables.

Si crees que tu negocio no es suficientemente rentable; si crees que tienes los suficientes clientes para ganar dinero, si no llegas con los pagos y responsabilidades fiscales y tributarias mensuales, significa que necesitas ayuda y contratar alguno de nuestros servicios.